Un PSG tenebroso, maldecido por los postes, provoca la nueva hecatombe del jeque de Doha. Cientos de millones perdidos en el desierto, porque su representante especial en París, llegó a decir que Luis Enrique es el mejor entrenador del mundo, cuando sólo es técnico insoporrablemente mediocre, soberbio y pretencioso.
A Mbappé le va a caer la ira de Luis Enrique, de los fanáticos y del propio equipo-estado. Si pudieran lo enterrarían en el las dunas
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