La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha pedido para el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, en el caso del beso a la futbolista del combinado femenino, Jennifer Hermoso, dos años y medio de cárcel y una indemnización de 100.000 euros.
En el escrito, que corresponde a la fiscal de la Audiencia Nacional Marta Durántez, se solicita un año de prisión a Luis Rubiales por agresión sexual a Jenni Hermoso por el beso que le dio durante la entrega de medallas tras la consecución del Mundial por parte de la selección española.
Y, un año y medio por las coacciones que recibió la futbolista tras esa polémica acción y la repercusión mediática que tuvo en España. Este delito, tipificado en el artículo 172 del Código Penal, también se le ha impuesto al exseleccionador nacional, Jorge Vilda; al actual director deportivo de la selección, Albert Luque y al jefe de Marketing de la RFEF, Rubén Rivera.
Quizás en otras temporadas se vería a un jugador más alicaído, más frustrado, perdido en el campo después de estar mes y medio sin marcar, seis partidos entre Liga y Champions. Ese jugador ya no existe. La familia y la ayuda de un coach han transformado a uno de los delanteros españoles más importantes. Quizás el más importante actualmente.
Álvaro Morata apenas llevaba cinco minutos en el partido ante el Girona, en el que había salido para sustituir a un lesionado Saúl, y le llegó el primer balón franco. Condujo el madrileño la contra del Atlético con jugadores desplegándose a ambos lados e intentó abrir a Correa, pero el balón no llegó al argentino y se fue rechazado hacia el córner. Lo peleó hasta salvarlo sobre la línea y puso un centro perfecto a la cabeza de Correa.
Era el gol la remontada rojiblanca ante el tercero de la liga. El que afianzaba el cuarto puesto del Atlético y el que le ponía a cuatro puntos de los catalanes. También un gesto del madrileño para su amigo Correa. "Es un delantero de calle, que le puedes poner entre los centrales o a girarse, a mí me parece un jugador espectacular y estoy muy contento por el pase de gol y porque ha metido gol Angelito y hemos ganado el partido", admitía Morata tras el encuentro.
Sobre todo, era un gol que daba la razón a su entrenador y a sus compañeros, las personas que más respaldan su labor dentro del campo. "Hay cosas que no se pueden explicar, son naturales. Álvaro hizo seis meses impresionantes. Hoy está en un momento más difícil porque no encuentra el gol, pero está trabajando para lo que el equipo necesita y acabará llegando", decía Simeone tras el partido ante el Borussia de Dortmund.
La defensa del Dortmund tapona un disparo de Morata.THOMAS COEXAFP
"Aunque no haya hecho gol, entró muy bien y es lo que necesitamos de él", apostilló su compañero y amigo Antoine Griezmann en el postpartido del Girona. Su principal socio dentro del campo y con el que consiguió atemorizar a las defensas en Liga y Champions la primera parte de la temporada.
Las frías cifras dicen que Álvaro Morata iba camino de pulverizar la mejor marca de goles de su carrera. En los primeros seis meses, como decía el Cholo, el madrileño sumaba 20 goles y tres asistencias. Hoy sólo suma una asistencia más, la citada a Correa ante el Girona. Parece que el delantero se ha atascado en la cumbre.
Su último gol se lo hizo al Betis en casa el pasado 3 de marzo cuando moría la primera parte. Desde ese día, ha jugado ante el Cádiz, el Inter, el Barcelona, el Villarreal, el Dortmund y el Girona, seis encuentros, dos de ellos de Champions League, en los que ha tenido numerosas ocasiones, pero ha sido incapaz de materializarlas.
Lo curioso es que ese bajón anotador no ha venido desde el tanto al Betis. Habría que remontarse al 22 de enero cuando el madrileño marcó ante el Granada. Era el segundo partido anotando ya que en el anterior, precisamente ante el Girona, consiguió su primer y único hat trick de la temporada. Era su momento cumbre. En el que se apuntaba a que superaría el mejor año anotador de su vida.
Mejores temporadas
Álvaro Morata sólo ha llegado a los 20 goles por temporada en dos ocasiones. Hablamos de la 2020/21 con la Juventus de Turín en la que también sumó nueve asistencias y en la 2016/17 que lo consiguió con el Real Madrid y a la que hay que añadirle seis pases de gol. Esta sería la tercera, y a juzgar por el ritmo anotador que llevaba, parecía que iba a pulverizar ese récord. Y todavía está a tiempo de hacerlo.
Necesita el Atlético que Morata se lo proponga. La baja de Memphis y la irregular temporada de Correa, un jugador que estuvo a punto de marcharse en el mercado invernal al fútbol saudí, le convierte en el socio imprescindible de Griezmann, mejor jugador y leyenda rojiblanca. Además, el equipo afronta este tramo final de temporada con dos grandes objetivos en mente.
La peor racha
El primero se aclaró bastante tras la victoria el sábado ante el Girona, que es terminar en puestos Champions. El segundo es un sueño, pero qué sueño. Tras tres finales perdidas, la parroquia rojiblanca suspira con la máxima competición continental tras la victoria en la ida de cuartos ante el Borussia de Dortmund. "Necesitábamos ganar ante el Girona para llegar bien al partido de esta semana", contaba el protagonista.
En el Atlético confían en el delantero y esperan que no se alargue más tiempo su racha de partidos sin marcar. Su periodo más largo sin hacerlo fueron 115 días, fue conla Juventus de Turín en Italia, y la rompió con un doblete ante el Inter en la Coppa de Italia. "Me estaba volviendo loco, es la primera vez desde que empecé a jugar que pasaba tanto tiempo sin marcar", comentó en aquel momento. No es el mismo equipo, no son los mismos compañeros y, sobre todo, no es el mismo Morata.
Serán 23.807 días los que Juan Antonio Jiménez Cobo (Castro del Río, 1959) haya vivido cuando salte junto a su caballo Euclides Mor a la arena del Palacio de Versalles este 31 de julio. Con 65 años y 82 días, el jinete se convertirá en el español más veterano en la historia en participar en unos Juegos Olímpicos y también el más mayor de todas las delegaciones en París 2024. Sólo otra jinete, la australiana Mary Hanna, con 69 años, podría superarle en esta cita, pero en su caso es reserva en el equipo hípico aussie, por lo que si no hay lesiones no participará.
"Mientras esté en forma, la edad no es un problema", explica a EL MUNDO el cordobés, propietario de una hípica en Torrejón de Ardoz (Madrid). Fibroso y delgado, salta a la vista que la vida de Jiménez Cobo es la de un deportista de élite y de un apasionado no sólo por la doma, sino por los caballos.
"Nací entre caballos y me han salido los dientes entre ellos", explica el propio deportista. Su padre, también jinete, quiso que fuera mecánico, y a ello se dedicó durante 14 años aunque siempre aprovechaba sus huecos de ocio para montar. "Nunca me he planteado otra cosa", explica y continúa: "Desde que me acuesto estoy deseando levantarme la mañana siguiente para seguir. Es lo que me gusta. Supuestamente descansas un día, pero mi descanso es estar con mis caballos y mis alumnos. Es mi vida".
Tiene 60 caballos en su hípica que considera como "sus hijos". No hace distinciones pese a que han sido varios con los que ha compartido éxitos en las arenas de la doma y también en las olímpicas. Se enamoró de los Juegos en Seúl 88 y quiso participar en ellos hasta que lo consiguió en Sidney 2000 y en Atenas 2004, donde consiguió una medalla de plata por equipos en la modalidad de doma clásica.
Él empezó en la vaquera, en la que participó en varios campeonatos de España hasta que conoció la clásica y ya no miró atrás. Especialmente desde que se 'alió' con Guizo, un caballo de origen lusitano, con el que consiguió sus mayores éxitos. "Esto es cuestión de equilibrio. Cuando estás encima de un caballo no es cuestión de fuerza sino de equilibrio", detalla el jinete.
Desde Guizo han venido bastantes más. El último Euclides Mor, con el que participará en sus terceros Juegos Olímpicos, es el último de los equinos terminados en Mor. Dinastía de éxito en la cuadra de Jiménez Cobo. "En la doma no hay edad si sacas un caballo que funciona. Si me veo como estoy, vamos a donde haga falta", apunta alto el deportista olímpico español más veterano si no contamos con la medalla de pintura que obtuvo Daniel Vázquez en los Juegos Olímpicos de 1948 en Londres con 66 años y 7 meses. Unas disciplinas, las artes, que desaparecieron de la mayor cita deportiva mundial cuatro años más tarde.
Objetivos
Pero, la carrera olímpica de Jiménez Cobo no quiere detenerse aquí y, si obtiene los resultados, no descarta estar en Los Ángeles 2028. Serían 69 años, lo que le daría, seguramente pintura o no, el récord olímpico de longevidad en la delegación española, pero no la total, que lo tendría el tirador sueco Oscar Swahn quien, además, obtuvo una medalla de plata con 72 años y 279 días. "Yo voy con la misma ilusión como si fuera a ganar, pero ya llegar es un sueño".
Quién sabe si hoy en Versalles podrá acercarse a la gloria. De momento él cuenta con una ventaja superior a cualquiera: la experiencia. "Por una parte dices: 'qué viejo', por otra en cambio: 'qué suerte llegar con esta edad'", asegura el jinete. Dice el refrán que "a músico viejo le queda compás", Juan Antonio cuenta con una banda y Euclides Mor, es su frontman.
En el tocadiscos de San Mamés, no existe la tecla de 33 RPM. El estadio bilbaíno obliga a todos los equipos que le visitan a jugar a 45 revoluciones por minuto. Se necesita nitidez y precisión en el juego y en el toque. No hay otra manera o la aguja no reproduce la melodía que uno quiere. [Narración y Estadísticas, 3-0]
El Atlético salió revolucionado, consciente, como hizo ante Las Palmas, de que a falta de Griezmann, la pausa y la magia del equipo, necesita también jugar con mucho rock and roll. Pero la música, muchas veces, necesita de solistas que destaquen dentro de la orquesta. Y los Williams son Angus Young y Keith Richards juntos en un campo de fútbol. Ambos decidieron el choque y metieron al Athletic en la final de la Copa del Rey. Cosas de familia.
Es impresionante lo que generan los hermanos. Son una amenaza constante a la defensa rival. Combinan, empujan, profundizan y, este año, rematan. Una fuerza de la naturaleza imposible de parar cuando van en carrera y, para demérito de la defensa atlética, mucho pudieron correr los dos para desgracia de las aspiraciones rojiblancas.
Destrozaron a la defensa colchonera, intercambiándose los papeles según lo necesitaba la jugada. En el minuto 13 fue Nico quien dejó atrás a Molina en el perfil izquierdo del Athletic para sacar un centro desde línea de fondo que Iñaki, libre de marca porque Hermoso se volcó demasiado al punto de penalti, empaló con la tibia a la escuadra.
El gol enfrió un poco el ánimo rojiblanco, como una canción de Carla Bruni en un concierto de ACDC, hasta que Angus Young volvió a menear la púa. Esta vez fue en el minuto 43 cuando Iñaki encaró a Hermoso en un balón recuperado en campo contrario, le amagó a toda velocidad y la puso atrás para que su hermano remachara entre cuatro defensas colchoneros. El único del Athletic en área pequeña frente a, repetimos, cuatro jugadores del Atlético.
Si los Williams marcaban los riffs de guitarra, Sancet ponía la base. El mediapunta era el eje que vertebraba las salidas del Athletic, un eje, además, que no escatima esfuerzos. Suyos fueron los pases que lanzaron en carrera a ambos hermanos y suyo era el cerebro que componía la melodía bilbaína apoyado en sus fieles escuderos: Prados y Ruiz de Galarreta.
El Athletic tenía la semifinal donde quería, con un Atlético impotente pese a haber llevado la iniciativa en la primera mitad, pero Morata no ha vuelto de la lesión como se fue y la aportación ofensiva de Correa, dista mucho de la que aporta Griezmann. El argentino se movió con peligro, pero decidió mal en el último toque.
Se enfrió el duelo, en parte por los intereses del Athletic, en parte por el parón que se produjo en el descanso para atender a un aficionado en las gradas de San Mamés, el segundo en el partido. La primera atención médica se resolvió en pocos minutos, pero el incidente en el descanso retrasó el inicio de la segunda parte casi un cuarto de hora.
Y quién si no iba a volver a calentar San Mamés sino un Williams. Aprovechó Nico un balón despedido del ataque rojiblanco tras una falta a favor y se midió con Molina en una carrera de 60 metros. Hay que aplaudirle al argentino el intento, pero era como ver a un rival de Bolt perseguirle en su época prime. Esperó Nico la llegada de compañeros, pero el disparo de Sancet, el primero que llegó por el carril central, se fue arriba.
Sentencia
El partido entonces viró aún más hacia los intereses bilbaínos. Esperaban los vascos agazapados los acercamientos del Atlético de Madrid conscientes de que cuanto más espacio quedara tras la defensa colchonera, mayor ventaja tendrían los Williams para seguir haciendo daño en sus costados.
No hizo falta otra contra para rematar al Atlético. Fue un centro de De Marcos, que prolongó Guruzeta hacia Sancet, solo en el segundo palo, éste tiro bajo y ajustado, respondió Oblak, pero el balón cayó a los pies de Guru, que marcó sin oposición. Demasiado castigo para un Atlético que tuvo más opciones a la ida, pero que se mostró impotente en San Mamés. Amenazaron los colchoneros en los últimos minutos para buscar el gol del honor. Morata, Memphis y Riquelme lo intentaron, pero Agirrezabala respondió bien. No estaba la noche para honores.