Hasta las 21.00 horas del pasado martes, Pau Cubarsí (17 años, central del Barça) estaba en la lista de la selección sub’21. A las 23.00 horas de ese mismo día, cuando terminó el partido, Pau Cubarsí (17 años, central del Barça) estaba en la lista de la selección absoluta que este viernes (11.30 horas), dará a conocer Luis de la Fuente.
Será la gran novedad de la última citación antes de conocer la lista de 23 futbolistas que irán a la Eurocopa de Alemania este verano. Los amistosos ante Colombia (viernes 22) y ante Brasil en el Bernabéu (martes 26) son los últimos test del seleccionador antes de la gran cita. Y con la misma velocidad que Cubarsí ha irrumpido en el Barça, ha irrumpido en la selección absoluta. Por su edad, podría haber sido convocado por la sub’17, la sub’19 o la sub’21, donde en principio iba a estar en esta ventana de marzo. Sin embargo, lo solvente de sus últimas actuaciones, especialmente el pasado martes en el partido de Champions contra el Nápoles, han acelerado los planes.
Sería el tercer central, pues los titulares, a día de hoy, siguen siendo Laporte y Le Normand. Pero ese tercer puesto es la puerta abierta para el chico, que también aprovecha la lesión de David García (Osasuna), que ha estado siendo habitual con De la Fuente. Lo que ocurre es que, viendo el desempeño del chico, nadie en Las Rozas se atreve a descartarle ni siquiera como titular en la próxima Eurocopa.
Esa será una de las grandes novedades de la lista, donde el otro protagonista, por ausente, será Brahim Díaz. Iba a ser llamado, pero su elección, jugar con Marruecos, le descarta. Sin duda, habrá muchas preguntas sobre el madridista, y está por ver hasta dónde quiere llegar Luis de la Fuente en las explicaciones. También falta por saber quién será el sustituto de Gavi.
Que nadie se tome muy en serio la comparación, pero cuando ayer Salvador Gomar llegó a la Federación y se cruzó con el presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), David Aganzo, debió de sentir algo parecido a lo que, en la Nochevieja de 1958, con la orquesta tocando Guantanamera y Batista saliendo por piernas de Cuba, sintió Michael Corleone al abrazar a su hermano Fredo. «Sé que has sido tú, me rompiste el corazón... ¡Me rompiste el corazón!». El personaje interpretado por Al Pacino expulsaba así la rabia por la traición de su hermano, que casi le cuesta la vida, y aunque a Gomar y a Aganzo no les une parentesco alguno, el valenciano sintió en ese momento algo parecido a la traición, una traición que no la va a costar la vida, sólo faltaba, pero sí, según su entorno, le costó las elecciones a la Federación Española de Fútbol, ganadas ampliamente por Rafael Louzán (90 votos contra 43 de un total de 138 asambleístas, pues faltaron tres: dos jugadores profesionales, Toni Lato (Mallorca) y Pedro Alcalá (Cartagena), y un entrenador, Javier Calleja (Real Oviedo). Hubo, además, un voto nulo y cuatro en blanco.
Para saber más
Sostienen en la candidatura de Gomar, la derrotada, que en la reunión que mantuvieron con AFE la semana pasada les prometieron varias cosas, entre ellas una vicepresidencia deportiva, tener peso en la Junta Directiva y algunas vías de ingresos nuevas para poder financiarse mejor. Siempre según esta versión, Aganzo y su entorno les dieron a entender que sus votos (aproximadamente 25) serían para él, para Gomar, y lo hicieron con frases, digamos, implícitas: «Brindaremos con cava o con champagne». Desde AFE eran rotundos ayer a preguntas de este periódico: «Eso es totalmente falso».
Lo que sí parece obvio es que ese número de votos (en torno a 25 o 30) es lo que le ha dado la presidencia de la Federación a Louzán, gallego de 57 años, frente a Gomar, dejando en las paredes de la Ciudad del Fútbol varios sentimientos: de euforia en algunos trabajadores que abrazaron el rochismo tras ser desterrados por Luis Rubiales, de alivio en muchos cargos intermedios por lo que supone de continuidad, y de miedo en algunos otros, que veían la opción de un cambio rupturista.
Louzán tenía de su lado a muchas territoriales, algunas de mucho peso como Cataluña o Madrid, y también a LaLiga, apoyo explicitado antes y después por Javier Tebas. Gomar contaba con Andalucía, Castilla La Mancha y Asturias, entre otras, así como varios árbitros y entrenadores. Sin embargo, no fue suficiente. El fútbol volvió a elegir el barro que supone un presidente, ya electo, que tiene sobre sí una condena de siete años de inhabilitación para cargo público por un delito que es tan feo como grave: la prevaricación.
Javier Tebas, presidente de LaLiga.EFE
Se trata de una actuación en la construcción de un campo de hierba artificial en la localidad de Moraña. En la sentencia del Juzgado número 3 de Pontevedra, ratificada por la Audiencia Provincial, se recoge que la Diputación que él presidía pagó, en 2013, 86.311 euros por unas obras de mejora que ya habían sido realizadas en 2011, y a Louzán le atribuye la responsabilidad in vigilando como presidente del organismo (lo fue durante 12 años).
Esa inhabilitación para cargo público es, pues, la gran sombra que se cierne sobre Louzán. Según los estatutos de la Federación, en su artículo 19.4, uno de los requisitos para ser presidente es «no estar inhabilitado para desempeñar cargos públicos». Esa frase no hace referencia alguna al carácter firme o no de la sentencia, argumento al que se agarra Louzán (que su sentencia no es firme pues está pendiente de recurso) para justificar su idoneidad. Además, los asesores del nuevo presidente también ven hueco para pelear en el carácter público o no del cargo de presidente de la Federación, cuya definición jurídica es la siguiente: «Una entidad asociativa privada, si bien de utilidad pública». Sea cual sea el resultado de todas estas aristas, el ruido no va a desaparecer de la Federación en los próximos meses.
David Aganzo, presidente de la AFE.EFE
Primero porque el Gobierno, a través del Consejo Superior de Deportes (CSD), está estudiando si denuncia de oficio a Louzán ante el TAD (Tribunal de Arbitraje Deportivo) ahora que ya es presidente y que incumple claramente ese artículo 19.4 de los estatutos federativos. Y segundo porque el próximo 5 de febrero, el Tribunal Supremo debe decidir sobre el recurso que ha presentado contra la sentencia que le condena. Ocurre que, según fuentes jurídicas, un porcentaje altísimo de esas apelaciones ante el Alto Tribunal terminan con la ratificación de la sentencia, que pasaría a ser firme.
Si eso ocurre, entonces ya sí debería abandonar el cargo y habría nuevas elecciones, pero se celebrarían con esta misma Asamblea. De modo que habrá que estar atento para ver a quién elige Louzán como vicepresidente primero, pues ese nombre será, probablemente, su sucesor, y se presentaría a esos próximos comicios. Si no hay otro candidato (Gomar no lo será), ese hombre o mujer designado por Louzán sería presidente hasta 2028 y el fútbol español, de un modo u otro, seguiría caminando sobre el barro.
España dormirá esta noche en su hotel de concentración para la Eurocopa, un lujoso complejo en la Selva Negra alemana, de nombre impronunciable (Der Öschberghof, ubicado en la localidad de Donaueschingen) y donde espera estar hasta el 13 de julio, día previo a la final de un torneo que afronta pleno de confianza después, entre otras cosas, de golear ayer, y divertirse, ante una débil Irlanda del Norte, que pese a ponerse por delante casi antes de empezar el partido, asistió como espectadora a un buen partido del equipo patrio, agarrado a un nombre, Pedri, que, al margen de los dos goles, demostró que ha vuelto. [Narración y estadísticas].
Y que haya vuelto el centrocampista con más talento del fútbol español siempre es una buena noticia. Luis de la Fuente lo tenía claro desde hacía mucho tiempo, pero si necesitaba una excusa de cara a la galería, desde ayer la tiene. España juega al ritmo de Pedri, con permiso de Rodri, y si encima el futbolista del Barça se anima a asomarse al área, como en el segundo gol, y a disparar desde fuera, como en el primero, la pócima huele bien. Probablemente (probablemente no, seguro) ninguno de los rivales de la Eurocopa sea tan débil, y ofrezca tan poca oposición, como Irlanda del Norte, pero no es menos cierto que un chute de alegría como el de ayer siempre es la mejor manera de viajar a un gran campeonato.
Y eso que, conviene recordarlo, casi antes de empezar el partido Irlanda del Norte se puso por delante. Una falta lejanísima, casi en el centro del campo, cogió dormida a la selección. Nacho no fijó a su marca y Ballard conectó un cabezazo que pilló a Unai Simón un pelín adelantado. La tocó, pero no pudo evitar que el equipo empezase perdiendo el partido en el segundo minuto.
Remontada
La propia inercia del encuentro, y la incuestionable superioridad técnica de España, fueron dándole la vuelta al choque poco a poco. Primero fue Pedri quien, bordeando el cuarto de hora, recibió entre la línea de medios y la defensiva. Sin oposición, se giró, condujo y probó una suerte que no es muy suya, el disparo lejano, pero que ayer le salió redondo. Era el empate, y a partir de ahí la noche fue una cuesta abajo para la selección. Una selección mucho más reconocible que la vista ante Andorra. Unai Simón, Le Normand, Rodrigo, Pedri, Fabián, Lamine y Morata son siete futbolistas que estarán seguramente en el once que presente Luis de la Fuente ante Croacia en el debut del próximo sábado.
Nico Williams también es candidato, pero dependerá de Dani Olmo, que ayer no jugó ni un minuto por segundo amistoso consecutivo. Era un equipo, pues, mucho más reconocible, al que seguramente apenas le faltasen el propio Olmo, si está recuperado, los dos laterales, Carvajal y Grimaldo, y Laporte, aunque ojo a la opción de Nacho como titular.
Con un buen ritmo de balón, con un dinamismo bastante aceptable, España le fue dando la vuelta al marcador. Tras el empate, el segundo llegó enseguida gracias a un centro maravilloso de Navas (el sevillano borda el arte del centro) y un remate de Morata. Alborotada por los goles, la selección fue aumentando el ritmo, y el tercero, obra de Pedri, llegando sin avisar casi hasta el área pequeña, empujando un centro de Nico, terminó de enderezar la noche, culminada en esa primera parte por Fabián a pase de Lamine Yamal, cuya orientación imprevisible, ahora hacia dentro, ahora hacia fuera, resulta indescifrable para los laterales del equipo contrario.
Oyarzabal, en su semana fantástica, culminó la noche, ya tras el descanso, y dejó en el aire la sensación de que España es un grupo de jugadores inferior, posiblemente, a las grandes (Francia, Inglaterra, Portugal...) pero es un equipo igual a cualquiera con quien se pueda medir. Y eso, en un torneo como el que viene, no es poco decir.